A poca distancia de la Roca del Dragón, en el mismo paisaje agreste y fascinante del Aspromonte, se encuentran las enigmáticas Calderas de Leche, conocidas en dialecto local como “Caddareddi”. Estas formaciones geológicas naturales están compuestas por siete cavidades redondeadas, esculpidas a lo largo del tiempo por la erosión del agua y los agentes atmosféricos.
Su forma particular recuerda a calderas de piedra, similares a las que los campesinos usaban antiguamente para hervir la leche. De ahí proviene su nombre. Sus superficies lisas y cóncavas, sus dimensiones similares y su disposición cercana las convierten en un fenómeno geológico único en Calabria, y no es casualidad que hayan inspirado muchas leyendas locales.
Según la tradición, se creía que el dragón ciego de la Roca vecina venía aquí a beber, alimentándose de la “leche” que milagrosamente se acumulaba en estas cavidades tras las lluvias. En algunos relatos incluso se decía que estas calderas tenían poderes curativos o mágicos, y que la leche recolectada en su interior se usaba en rituales de fertilidad o sanación.
Hoy en día, las Calderas de Leche son una parada imprescindible para los excursionistas que recorren los senderos alrededor de Ghorio di Roghudi. El sendero circular que conecta ambos sitios —la Roca del Dragón y las Calderas de Leche— atraviesa bosques, arroyos secos y paisajes impresionantes sobre el lecho del río Amendolea, ofreciendo no solo una inmersión en la naturaleza más pura, sino también un viaje simbólico entre mito y realidad.